
Bien reza la sentencia que al gato lo mata la curiosidad. Pues bien, desafiando a mi intuición -que en tópicos de música, no se caracteriza por ser tan desatinada- fui a "probar" el X8.
Pese a su súper display a colores, y su buen acabado de aluminio, cada minuto que pasaba me iba decepcionando más y más.
Aunque los sonidos de piano son muy buenos, tener sólo 3 efectos es una verdadera verguenza.

Digo que me mató la curiosidad porque hay cosas que uno sabe incluso antes de que sucedan. En fin; cuando ahorre cuarenta y tres mil cuatrocientos setenta y seis pesos, juro que primero pagaría por que le hicieran un
pimp my ride a mi auto, antes que comprar un horripilante Roland Fantom X8.
Si tienen duda de por qué se titula así este
post, quiere decir que no lo han leído este
blog en su totalidad. Lector, si ese es tu caso, dale un vistazo a lo que publiqué el
miércoles 5 de octubre de 2005.